¿Cómo se hace catequesis durante una pandemia?
Varios meses de separación forzosa de su grupo de RICA o su clase de Primera Comunión no es una contingencia para la cual es probable que algún catequista haya planeado. Sin embargo, aun cuando la vida ordinaria cambia más allá de toda familiaridad, el llamado que hace Cristo a Sus fieles a profundizar nuestra relación con Él ha permanecido constante – y también ha sido constante la necesidad de catequesis que hace eco de aquel llamado divino en Su Iglesia.
La sombría realidad de la cuarentena con su encierre ha incitado una respuesta inmediata e ingeniosa de parte de los catequistas. En la diócesis de Portsmouth, Reino Unido, esta respuesta ha adquirido varios formatos. Examinar cómo los catequistas de la diócesis han respondido a la crisis nos proporciona no solamente amplios ejemplos de maneras en las que la catequesis puede adaptarse a una situación de encierre o de cuarentena - a la cual la respuesta internacional al COVID-19 quizás no sea la última – sino que también destaca las dificultades y los retos que presenta una tal “catequesis de encierre” y lo que revela acerca de la práctica de la catequesis más ampliamente.
La catequesis en el Reino Unido
El encierre comenzó en el Reino Unido el día 23 de marzo del 2020, al clausurar los negocios, los establecimientos de servicios, y los lugares del culto, y con la prohibición de viajes no esenciales. En ese entonces, los catequistas del RICA se estaban preparando para acoger en la Iglesia a sus catecúmenos y candidatos en la próxima Vigilia Pascual, mientras que los catequistas de Primera Comunión y de Confirmación estaban preparando a sus candidatos para la recepción de los sacramentos en el verano o a principios de otoño. Los catequistas en el Reino Unido trabajan dentro de un contexto que presenta un reto distinto aun sin la carga adicional del encierre: de los 3,129 millones de personas que residen en la diócesis de Portsmouth, solamente 230,000 son católicos – y de ellas, solo el 13% (29,000 personas) practican su fe.[1] Los catequistas son voluntarios normativamente no pagados que hacen caber sus responsabilidades catequéticas alrededor de sus vidas llenas profesionales y familiares.
En Portsmouth, la catequesis recibe el apoyo de un equipo llamado Formación para la Misión, un grupo diocesano compuesto de voluntarios experimentados dedicados a la formación continua de los catequistas. Seis miembros del equipo de Formación para la Misión, activos en varios apostolados en las parroquias de toda la diócesis, compartieron sus experiencias de la cuarentena conmigo: cómo han adaptado, lo que han aprendido, y cómo aquellas lecciones del encierre podrían transformar a la catequesis a largo plazo.
Subiendo la catequesis en línea
Sin excepción, los catequistas con quienes platiqué han hecho uso extensivo de la comunicación digital, principalmente el correo electrónico y la plataforma de videoconferencias Zoom, para mantenerse en contacto – pero, de distintas maneras según su apostolado específico.
Los catequistas de Primera Comunión (PC), por ejemplo, han utilizado el correo electrónico para continuar con una catequesis estructurada, basada en lecciones para los niños a quienes instruyen. Jo, una catequista de PC en Alton, utiliza el correo electrónico para enviar cada semana “un esquema de una lección para que los padres de familia lo realicen con sus hijos”, con una invitación a que los papás le envíen “algún tipo de respuesta de los niños”. Mary, una catequista del Sacramento del Bautismo y de PC en East Hendred, graba sesiones del programa de preparación para los sacramentos, I Want to Make My Home in You [Quiero hacer mi morada en ti] de Come Follow Me [Ven, sígueme] – un programa basado en la Sagrada Escritura que hace uso de grandes tarjetas con siluetas de personajes bíblicas – y las envía “a los padres de familia por correo electrónico para que las pongan a sus hijos, junto con fotos de las tarjetas con las siluetas”. Angela, una catequista de PC en Southampton con responsabilidades adicionales relativas a la catequesis de los padres de familia, envía correos electrónicos para actividades catequéticas adaptadas a los niños: por ejemplo, “la redacción de cartas a los parroquianos ancianos o compañeros de oración en su parroquia”.